SUBSIDIO LITÚRGICO
SANTA LAURA MONTOYA UPEGUI,
VIRGEN Y FUNDADORA
21.10.2024
RITOS INICIALES
CANTO DE ENTRADA
REUNIDOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,
QUE NOS HA CONGREGADO ANTE SU ALTAR,
//CELEBREMOS EL MISTERIO DE LA FE
BAJO EL SIGNO DEL AMOR Y LA UNIDAD//
TÚ, SEÑOR, DAS SENTIDO A NUESTRA VIDA,
TU PRESENCIA NOS AYUDA A CAMINAR,
TU PALABRA ES FUENTE DE AGUA VIVA
QUE NOSOTROS, SEDIENTOS, A TU MESA VENIMOS A BUSCAR. ℟.
PURIFICA CON TU GRACIA NUESTRAS MANOS,
ILUMINA NUESTRA MENTE CON TU LUZ,
QUE LA FE SE FORTALEZCA EN TU PALABRA,
Y TU CUERPO, TOMADO EN ALIMENTO, NOS TRAIGA LA SALUD. ℟.
Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
℟. Amén.
El Señor, que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
A continuación se hace el acto penitencial, al que el sacerdote invita a los fieles, diciendo:
Al comenzar esta celebración eucarística, pidamos a Dios que nos conceda la conversión de nuestros corazones; así obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra comunión con Dios y con nuestros hermanos.
Pausa de silencio.
todos dicen en común la fórmula de la confesión general:
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Y, golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mí gran culpa.
Luego, prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
℟. Amén.
SEÑOR, TEN PIEDAD
SEÑOR, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
CRISTO, TEN PIEDAD.
CRISTO, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
GLORIA
GLORIA A DIOS EN EL CIELO,
Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES
QUE AMA EL SEÑOR.
POR TU INMENSA GLORIA TE ALABAMOS,
TE BENDECIMOS,
TE ADORAMOS,
TE GLORIFICAMOS,
TE DAMOS GRACIAS, ℟.
SEÑOR DIOS, REY CELESTIAL,
DIOS PADRE TODOPODEROSO.
SEÑOR, HIJO ÚNICO, JESUCRISTO;
SEÑOR DIOS, CORDERO DE DIOS,
HIJO DEL PADRE; ℟.
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS;
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
ATIENDE NUESTRA SÚPLICA;
TÚ QUE ESTÁS SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS; ℟.
PORQUE SÓLO TÚ ERES SANTO,
SÓLO TÚ SEÑOR,
SÓLO TÚ ALTÍSIMO, JESUCRISTO,
CON EL ESPÍRITU SANTO
EN LA GLORIA DE DIOS PADRE. ℟.
AMÉN.
ORACIÓN COLECTA
Terminado el himno, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración colecta:
Dios de poder y misericordia, que elegiste a Santa Laura Montoya, virgen, para propagar la fe entre los más débiles y alejados, concédenos, por su ejemplo, que, contemplando el rostro de Cristo, ganemos para Él, con la caridad, muchos hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espiritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
(Jr 31, 1-7)
Con amor eterno te amé.
Lectura del libro de Jeremías.
En aquel tiempo —oráculo del Señor—
seré el Dios de todas las tribus de Israel,
y ellas serán mi pueblo.
Esto dice el Señor:
Encontró mi favor en el desierto
el pueblo que escapó de la espada;
Israel camina a su descanso.
El Señor se le apareció de lejos:
Con amor eterno te amé,
por eso prolongué mi misericordia para contigo.
Te construiré, serás reconstruida,
doncella capital de Israel;
volverás a llevar tus adornos,
bailarás entre corros de fiesta.
Volverás a plantar viñas
allá por los montes de Samaría;
las plantarán y vendimiarán.
«Es de día» gritarán los centinelas
arriba, en la montaña de Efraín:
«En marcha, vayamos a Sión,
donde está el Señor nuestro Dios».
Porque esto dice el Señor:
«Griten de alegría por Jacob,
regocíjense por la flor de los pueblos;
proclamen, alaben y digan:
¡El Señor ha salvado a su pueblo,
ha salvado al resto de Israel!
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 149)
℟. El Señor se complace en los humildes.
Canten al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. ℟.
Alaben su nombre con danzas,
cántenle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. ℟.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
y espadas de dos filos en las manos. ℟.
SEGUNDA LECTURA
(Flp 4, 4-9)
Estén siempre alegres en el Señor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.
Hermanos:
Alégrense siempre en el Señor; os lo repito, alégrense. Que su mesura la conozca todo el mundo.
El Señor está cerca. Nada les preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, sus peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta. Lo que aprendieron, recibieron, oyeron, vieron en mí, pónganlo por obra. Y el Dios de la paz estará con ustedes.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
℟. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
℣. OH SANTO EVANGELIO,
FÓRMULA PEDAGÓGICA DE MI GRAN MAESTRO,
CUÁNTO OS AMO
Y CÓMO QUISIERA LLEVARTE COMO ANTORCHA SAGRADA
A LOS ÚLTIMOS LUGARES O RINCONES DEL MUNDO.
℟. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
EVANGELIO
(Mt 11, 25-30)
Has revelato tus misterios a los pequeños.
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
✠ Lectura del Santo Evangelio según san Mateo.
℟. Gloria a ti, Señor.
En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
℣. Palabra del Señor.
℟. Gloria a ti, Señor Jesús.
Luego se hace la homilía.
ORACIÓN DE LOS FIELES
El sacerdote invita a los fieles a orar:
Sintiéndonos solidarios de las necesidades del mundo entero, presentemos al
Padre nuestra oración, diciendo:
℟. Padre santo, escúchanos.
1. Pidamos por la Iglesia, para que iluminada por el Espíritu Santo, lleve el
anuncio de la Buena Noticia del Reino de Dios a todos los hombres. Oremos.℟.
2. Pidamos por los gobernantes, para que en el ejercicio de sus facultades,
opten por el bien común y busquen la justicia e igualdad para cada uno de los
pueblos a ellos encargados. Oremos. ℟.
3. Pidamos por los que no creen en Dios, para que abran su corazón y puedan
algún día sentir la misericordia y el amor de Dios Padre. Oremos. ℟.
4. Pidamos por los sacerdotes, religiosos y religiosas en misión, de manera
particular por la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y de
Santa Catalina de Siena y por los Misioneros de Santa Laura, para que no
desistan de su tarea evangelizadora y el Espíritu Santo los llene de fortaleza y
valentía. Oremos. ℟.
5. Pidamos por los que hoy participamos de este banquete de salvación,
para que, alimentados con el Cuerpo y Sangre de Cristo, seamos discípulos
misioneros entregados por la causa del Evangelio. Oremos. ℟.
En silencio presentamos nuestras intenciones.
El sacerdote termina la plegaria universal:
Acoge, Padre, las súplicas que hoy te presentamos con humildad, concédenos
lo que es bueno para nuestra vida y siempre busquemos cumplir tu santa
Voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
CANTO DE OFERTORIO
BENDITO SEAS, SEÑOR,
POR ESTE PAN Y ESTE VINO
QUE GENEROSO NOS DISTE
PARA CAMINAR CONTIGO,
Y SERÁN PARA NOSOTROS
ALIMENTO EN EL CAMINO.
TE OFRECEMOS EL TRABAJO,
LAS PENAS Y LA ALEGRÍA,
EL PAN QUE NOS ALIMENTA
Y EL AFÁN DE CADA DÍA. ℟.
TE OFRECEMOS NUESTRO BARRO
QUE OSCURECE NUESTRAS VIDAS
Y EL VINO QUE NO EMPLEAMOS
PARA CURAR LAS HERIDAS. ℟.
Inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. Después el diácono, u otro ministro, inciensa al sacerdote y al pueblo.
Después, de pie en el centro del aftar, de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice:
Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
℟. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Luego el Sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas:
Acepta Señor, las ofrendas que te presentamos, y concédenos que, imitando en su celo misionero a Santa Laura, seamos sacrificio agradable en tu presencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
PREFACIO DE LAS SANTAS VÍRGENES
Y SANTOS RELIGIOSOS
Significado de la Vida Consagrada exclusiva a Dios
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas:
En verdad es justo y necesario, que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra, y, al recordar a los santos que por el reino de los cielos se consagraron a Cristo, celebremos la grandeza de tus designios.
En ellos recobra el hombre la santidad primera, que de ti había recibido, y gusta ya en la tierra los dones reservados para el cielo.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:
SANTO
SANTO, SANTO, SANTO, SANTO ES EL SEÑOR, DIOS DEL UNIVERSO.
LLENOS ESTÁN EL CIELO Y LA TIERRA DE TU GLORIA.
HOSANNA EN EL CIELO.
BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR.
HOSANNA EN EL CIELO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA I
O CANON ROMANO
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP: PADRE misericordioso, te pedimos humildemente, por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
Junta las manos y dice:
que aceptes
Traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
y bendigas ✠ estos dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
Con las manos extendidas, prosigue:
ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero, con tu servidor el Papa Juan Pablo, nuestro obispo Pablo, y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promueven la fe católica y apostólica.
Conmemoración de los vivos
C1: Acuérdate, Señor, de tus hijos [N. y N.]
Junta las manos y ora unos momentos por quienes tiene la intención de orar.
Después, con las manos extendida, prosigue:
y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a tí, eterno Dios, vivo y verdadero.
Conmemoración de los Santos
C2: Reunidos en comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, san José; la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, [Santiago y Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Comelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián] y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Con las manos extendidas, prosigue:
CP: Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.
Extendiendo las mano sobre las ofrendas, dice:
CC: Bendice y santifica esta ofrenda, Padre, haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti: que se convierta para nosotros en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor.
El cual, la víspera de su Pasión,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan en sus santas y venerables manos,
Eleva los ojos.
y, elevando los ojos al cielo, hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso, dando gracias te bendijo, lo partió, y lo dio a sus discípulos.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
℟. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven , Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CC: Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, de su santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de gloría y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del justo Abel el sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquísedec.
Inclinado, con las manos juntas, prosigue:
Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu Angel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar,
Se endereza y se signa, diciendo:
seamos colmados de gracia y bendición.
junta las manos.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Conmemoración de los difuntos
Con las manos extendidas, dice:
C3: Acuérdate también, Señor, de tus hijos [N. y N.], que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz.
Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene intención de orar.
Después, con las manos extendidas, prosigue:
A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz.
Junta las manos.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Con la mano derecha se golpea el pecho, diciendo:
C4: Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos,
Con las manos extendidas, prosigue:
que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, [Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia,] y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad.
Junta las manos.
Por Cristo, Señor nuestro.
Y continúa:
CP: Por quien sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
RITO DE COMUNIÓN
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
℟. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La paz os dejo, mi paz os doy», no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Como hijos de Dios, intercambien ahora un signo de comunión fraterna.
CORDERO DE DIOS
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
DANOS, DANOS LA PAZ.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
℟. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
CANTO DE COMUNIÓN
EN LA PAZ, EN LA PAZ DE MI ALMA, SEÑOR,
SOLO SÉ, SOLO SÉ YO DECIRTE QUE SI,
ESE SI ES PREGASIO DE VIDA SIN FIN,
QUE ENCIENDE DE AMOR, UN VOLCAN SOBRE MI.
//SI, SI, SI,
SI TE DICE MI AMOR.
SI, SI, SI,
SI TE REPITE EL DOLOR.
SI, SI, SI,
SI TE GRITO EN MI SUEÑO,
SI EL HERVIR DE MI SANGRE
SUSUPIRAR POR MI DUEÑO//
CACA DEZ, CADA VEZ YO QUISIERA, MI DIOS,
PALPITAR, PALPITAR SOLAMENTE POR TI,
GRITARÉ, GRITARÉ SIN TEMOR SIEMPRE SÍ,
DICIENDO FELIZ, SIN TEMOR SIEMPRE SÍ. ℟.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Luego, de pie en el altar o en la sede, el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se hdya hecho antes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la Comunión:
Concédenos, Dios todopoderoso, que quienes hemos participado de tus sacramentos, a imitación de Santa Laura, seamos signos vivos de tu amor y llevemos al mundo la luz del evangelio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
ORACIÓN A SANTA LAURA MONTOYA
Todos:
Dios misericordioso, que prodigaste Tu Amor y Tus Dones a Santa Laura Montoya, haciéndola fiel discípula de Tu Hijo y misionero de los más pobres; concédenos, por su intercesión, que, movidos por la fuerza de Tu Espíritu, anunciemos a todos el Evangelio, alcancemos el don de la paz y si es Tu Voluntad, encontremos ayuda en nuestra necesidad.
℟. Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
BENDICIÓN SOLEMNE
Después tiene lugar la despedida. El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
Si es oportuno, el sacerdote o diácono dice:
Inclínense para recibir la bendición.
℣. Dios, gloria y felicidad de los Santos, quien les ha concedido a ustedes ser fortalecidos por la intercesión de Santa Laura Montoya, les otorgue siempre su bendición.
℟. Amén.
℣. Que por su intercesión, libres de todo mal, y estimulados por sus ejemplos de santidad, permanezcan constantes en el servicio a Dios y a los hermanos.
℟. Amén.
℣. Para que con ella puedan poseer ustedes los gozos de aquella patria, en la cual la santa Iglesia se alegra en la paz perpetua de congregar a sus hijos entre los ciudadanos del cielo.
℟. Amén.
℣. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠, y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
℟. Amén.
Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo, dice:
Pueden ir en paz.
℟. Demos gracias a Dios.
Después el sacerdote venera el altar con un beso, como al comienzo. Seguidamente, hecha una inclinación profunda con los ministros, se retira.
CANTO DE SALIDA
MI ALMA GLORIFICA AL SEÑOR MI DIOS,
GÓZASE MI ESPÍRITU EN MI SALVADOR,
EL ES MI ALEGRÍA, ES MI PLENITUD,
EL ES TODO PARA MI.
Ha mirado la bajeza de su sierva,
muy dichosa me dirán todos los pueblos,
porque en mí ha hecho grandes maravillas
el que todo puede cuyo nombre es: Santo. ℟.
Su clemencia se derrama por los siglos
sobre aquellos que le temen y le aman;
desplegó el gran poder de su derecha,
dispersó a los que piensan que son algo. ℟.
Derribó a los potentados de sus tronos
y ensalzó a los humildes y a los pobres.
Los hambrientos se saciaron de sus bienes
y alejó de sí, vacíos a los ricos. ℟.
Acogió a Israel, su humilde siervo,
acordándose de su misericordia,
como había prometido a nuestros padres,
a Abraham y descendencia para siempre. ℟.
© Arquidiócesis de Medellín - Minecraft.
Todos los derechos reservados
Prohibida su copia o su reproducción total o parcial