SANTA MISA
SOLEMNE TRIDUO
A SANTA LAURA MONTOYA
DIA 3
XXIX DOMINGO
DEL TIEMPO ORDINARIO
JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES
20.10.2024
RITOS INICIALES
CANTO DE ENTRADA
EL SEÑOR ENVIÓ A SUS DISCÍPULOS
LOS MANDÓ DE DOS EN DOS.
//ES HERMOSO VER BAJAR DE LA MONTAÑA
LOS PIES DEL MENSAJERO DE LA PAZ.//
LOS MANDÓ A LAS CIUDADES
Y LUGARES DONDE IBA A IR EL. ℟.
LA COSECHA ES ABUNDANTE
LES DIJO EL SEÑOR AL PARTIR. ℟.
PÍDANLE AL DUEÑO DEL CAMPO
QUE ENVÍE MÁS OBREROS A LA MIES. ℟.
AL ENTRAR EN UNA CASA,
SALUDEN ANUNCIANDO LA PAZ. ℟.
LOS QUE A USTEDES LOS RECIBAN
RECIBE A QUIEN ME ENVIÓ. ℟.
CUANDO ALGUIEN NO LOS RECIBA
LA PAZ A USTEDES VOLVERÁ. ℟.
HASTA EL POLVO DE LAS CIUDADES
SACUDAN DE VUESTROS PIES. ℟.
Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
℟. Amén.
El Dios de la esperanza, que por la acción del Espíritu Santo nos colma con su alegría y con su paz, esté siempre con todos ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
A continuación se hace el acto penitencial, al que el sacerdote invita a los fieles, diciendo:
En el día en que celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte, reconozcamos que estamos necesitados de la misericordia del Padre para morir al pecado y resucitar a la vida nueva.
Pausa de silencio.
El sacerdote dice:
Señor, ten misericordia de nosotros.
℟. Porque hemos pecado contra ti.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
℟. Y danos tu salvación.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
℟. Amén.
SEÑOR, TEN PIEDAD
SEÑOR, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
CRISTO, TEN PIEDAD.
CRISTO, TEN PIEDAD.
CRISTO, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
GLORIA
GLORIA A DIOS EN EL CIELO,
Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES
QUE AMA EL SEÑOR.
POR TU INMENSA GLORIA TE ALABAMOS,
TE BENDECIMOS,
TE ADORAMOS,
TE GLORIFICAMOS,
TE DAMOS GRACIAS,
SEÑOR DIOS, REY CELESTIAL,
DIOS PADRE TODOPODEROSO.
SEÑOR, HIJO ÚNICO, JESUCRISTO;
SEÑOR DIOS, CORDERO DE DIOS,
HIJO DEL PADRE;
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS;
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
ATIENDE NUESTRA SÚPLICA;
TÚ QUE ESTÁS SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS;
PORQUE SÓLO TÚ ERES SANTO,
SÓLO TÚ SEÑOR,
SÓLO TÚ ALTÍSIMO, JESUCRISTO,
CON EL ESPÍRITU SANTO
EN LA GLORIA DE DIOS PADRE.
AMÉN.
ORACIÓN COLECTA
Terminado el himno, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración colecta:
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una voluntad solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espiritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
(Is 53,10-11)
Al entregar su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años
Lectura del libro de Isaías.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento,
y entregar su vida como expiación:
verá su descendencia, prolongará sus años,
lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz,
el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos,
porque cargó con los crímenes de ellos.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 33)
℟. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. ℟.
Los ojos del Señor están puestos en quien le teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. ℟.
Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. ℟.
SEGUNDA LECTURA
(Hb 4, 14-16)
Comparezcamos confiados ante el trono de la gracia
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos:
Ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado. Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
(Jn 10, 27)
℟. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
℣. EL HIJO DEL HOMBRE HA VENIDO A SERVIR
Y DAR SU VIDA EN RESCATE POR MUCHOS.
℟. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
EVANGELIO
(Mc 10, 35-45)
El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en rescate por muchos
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
✠ Lectura del Santo Evangelio según san Marcos.
℟. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
«Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».
Les preguntó:
«¿Qué quieren que haga por ustedes?».
Contestaron:
«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».
Jesús replicó:
«No saben lo que piden, ¿pueden beber el cáliz que yo he de beber, o bautizarse con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».
Contestaron:
«Podemos».
Jesús les dijo:
«El cáliz que yo voy a beber lo beberán, y serán bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, llamándolos, les dijo:
«Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
℣. Palabra del Señor.
℟. Gloria a ti, Señor Jesús.
Luego se hace la homilía.
ORACIÓN DE LOS FIELES
El sacerdote invita a los fieles a orar:
Dirijamos al Padre nuestras súplicas, confiados en su infinita misericordia y pidamos su auxilio diciendo:
℟. Dios de amor, escucha nuestra oración.
1. Por la Iglesia, para que, iluminada por el Espíritu Santo, aumente cada día en la fe, la esperanza y la caridad, buscando la unidad de todos como hermanos. Oremos. ℟.
2. Por los gobernantes de las naciones, para que, fieles a su compromiso social, trabajen siempre por la promoción de nuevas estrategias que ayuden a los más necesitados. Oremos. ℟.
3. Por aquellos que han perdido su fe, para que, redescubriendo la experiencia de Cristo Resucitado, comiencen de nuevo su camino de conversión, con firmeza y entrega. Oremos. ℟.
4. Por todos los misioneros del mundo entero, para que en este tiempo particular de Sinodalidad, sigan anunciando con alegría y amor el Evangelio a nuestros hermanos más alejados y abandonados. Oremos. ℟.
5. Por los que hoy celebramos esta Eucaristía, para que, renovados en Cristo, perseveremos en nuestra tarea y compromiso de ser discípulos misioneros. Oremos. ℟.
En silencio presentamos nuestras intenciones.
El sacerdote termina la plegaria universal:
Acoge, Dios de misericordia, las súplicas que te presentamos y las que quedan en lo profundo del corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
CANTO DE OFERTORIO
ESTE PAN Y VINO, SEÑOR
SE TRANSFORMARÁN
EN TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR
EN NUESTRO MANJAR
GRACIAS AL SOL Y AL LABRADOR
EN EL ALTAR FLORECEN HOY
LAS ESPIGAS, LOS RACIMOS
QUE PRESENTAMOS A DIOS. ℟.
LO QUE SEMBRÉ CON MI DOLOR
LO QUE PEDÍ EN MI ORACIÓN
HOY SON FRUTOS, SON OFRENDAS
QUE PRESENTAMOS A DIOS. ℟.
Inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. Después el diácono, u otro ministro, inciensa al sacerdote y al pueblo.
Después, de pie en el centro del aftar, de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice:
Oren, hermanos, para que, trayendo al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.
℟. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Luego el Sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas:
Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un corazón libre, para que, con la purificación de tu gracia, nos sintamos limpios por los mismos misterios que celebramos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
PREFACIO
Jesús, camino al Padre
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Padre santo, Señor del cielo y de la tierra, por Cristo, Señor nuestro.
Porque creaste el mundo por medio de tu Palabra y lo gobiernas todo con justicia. Nos diste como mediador a tu Hijo, hecho carne, que nos comunicó tus palabras y nos llamó para que lo siguiéramos; él es el camino que nos conduce a ti, la verdad que nos hace libres, la vida que nos colma de alegría.
Por medio de tu Hijo reúnes en una sola familia a los hombres, creados para gloria de tu nombre, redimidos por su sangre en la cruz y marcados con el sello del Espíritu.
Por eso, ahora y siempre, con todos los ángeles proclamamos tu gloria, aclamándote llenos de alegría:
SANTO
SANTO, SANTO, SANTO, SANTO ES EL SEÑOR, DIOS DEL UNIVERSO.
LLENOS ESTÁN EL CIELO Y LA TIERRA DE TU GLORIA.
HOSANNA EN EL CIELO.
BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR.
HOSANNA EN EL CIELO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA
PARA DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS III
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP:
SANTO eres en verdad y digno de gloria, Dios que amas a los hombres, que siempre estás con ellos en el camino de la vida. Bendito es, en verdad, tu Hijo, que está presente en medio de nosotros cuando somos congregados por su amor, y como hizo en otro tiempo con sus discípulos, nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC:
Por eso te rogamos, Padre misericordioso, que envíes tu Espíritu Santo para que santifique estos dones de pan y vino,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y ✠ la Sangre
Junta las manos.
de Jesucristo, nuestro Señor.
Él mismo, la víspera de su Pasión, en la noche de la Última Cena,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, te bendijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, te dio gracias y lo pasó a sus discípulos.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice:
CP:
Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.
℟. Por tu cruz y tu resurrección, nos has salvado, Señor.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CC:
Por eso, Padre Santo, al celebrar el memorial de Cristo, tu Hijo, nuestro Salvador, a quien por su pasión y muerte en cruz llevaste a la gloria de la resurrección y lo sentaste a tu derecha, anunciamos la obra de tu amor, hasta que él venga, y te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de bendición.
Mira con bondad la ofrenda de tu Iglesia, en la que se hace presente el sacrificio pascual de Cristo que se nos ha confiado, y concédenos, por la fuerza del Espíritu de tu amor, ser contados ahora y por siempre entre en número de los miembros de tu Hijo, cuyo Cuerpo y Sangre comulgamos.
C1:
Vivifícanos con tu Espíritu, Padre omnipotente, por la participación en estos misterios, y haz que nos configuremos a imagen de Jesús; consolídanos en el vínculo de la comunión con nuestro Papa Juan Pablo VI, y nuestro Obispo Pablo, con los demás obispos, presbíteros y diáconos, y con todo tu pueblo.
Haz que los fieles de la Iglesia sepan discernir los signos de los tiempos a la luz de la fe y se consagren plenamente al servicio del Evangelio. Concédenos estar atentos a las necesidades de todos los hombres para que participando en sus penas y angustias, en sus alegrías y esperanzas, les mostremos fielmente el camino de la salvación, y con ellos avancemos en el camino de tu reino.
C2:
Acuérdate de nuestros hermanos (N. y N.), que se durmieron en la paz de Cristo y de todos los difuntos, cuya fe sólo tú conociste: admítelos a contemplar la luz de tu rostro y dales la plenitud de la vida en la resurrección.
Y, terminada nuestra peregrinación por este mundo, concédenos, también, llegar a la morada eterna donde viviremos siempre contigo y allí, con santa María, la Virgen Madre de Dios, con los apóstoles y los mártires, (con san N. santo del día o patrono) y en comunión con todos los santos, te alabaremos y te glorificaremos
Junta las manos.
por Jesucristo, Señor nuestro.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice:
CP o CC:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
RITO DE COMUNIÓN
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
℟. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La paz os dejo, mi paz os doy», no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo y juntando las manos, alidde:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz, dense la paz como signo de reconciliación.
CORDERO DE DIOS
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
DANOS LA PAZ.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
℟. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
CANTO DE COMUNIÓN
DIOS NOS DA SU PAN,
PAN DE ETERNIDAD;
EN EL CONVITE DEL ALTAR.
ÉL ES MI MANJAR.
ÉL ES MI MANJAR.
ÉL ES MI MANÁ,
EL QUE SE ACERQUE AL ALTAR
VIVA EN HERMANDAD.
EL REY SE HACE MENDIGO, BUSCA MI AMOR.
¡EL REY ME INVITA A SU MESA, QUÉ GRAN HONOR!
QUIERO SER DIGNO DE SU AMOR,
QUIERO VIVIR EN COMUNIÓN. ℟.
LA CENA ESTÁ PREPARADA EN EL ALTAR.
LA CENA ES NUESTRA PASCUA DE LIBERTAD.
COMO MANJAR ÉL SE NOS DA,
ÉL ES EL PAN DE ETERNIDAD. ℟.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Luego, de pie en el altar o en la sede, el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se hdya hecho antes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la Comunión:
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las realidades del cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y seamos instruidos por los eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
ORACIÓN A SANTA LAURA MONTOYA
Todos:
Dios misericordioso, que prodigaste Tu Amor y Tus Dones a Santa Laura Montoya, haciéndola fiel discípula de Tu Hijo y misionero de los más pobres; concédenos, por su intercesión, que, movidos por la fuerza de Tu Espíritu, anunciemos a todos el Evangelio, alcancemos el don de la paz y si es Tu Voluntad, encontremos ayuda en nuestra necesidad.
℟. Amén.
EN LA PAZ, EN LA PAZ DE MI ALMA, SEÑOR,
SOLO SÉ, SOLO SÉ YO DECIRTE QUE SI,
ESE SI ES PREGASIO DE VIDA SIN FIN,
QUE ENCIENDE DE AMOR, UN VOLCAN SOBRE MI.
//SI, SI, SI,
SI, TE DICE MI AMOR.
SI, SI, SI,
SI, TE REPITE EL DOLOR.
SI, SI, SI,
SI, TE GRITO EN MI SUEÑO,
SI EL HERVIR DE MI SANGRE
SUSUPIRAR POR MI DUEÑO//
RITO DE CONCLUSIÓN
BENDICIÓN FINAL
Después tiene lugar la despedida. El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Que el Dios de toda gracia, que en Cristo los ha llamado a su eterna gloria, los afiance y conserve fuertes en la fe y constantes en las buenas obras.
℟. Amén.
℣. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠, y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
℟. Amén.
Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo, dice:
Pueden ir en paz.
℟. Demos gracias a Dios.
Después el sacerdote venera el altar con un beso, como al comienzo. Seguidamente, hecha una inclinación profunda con los ministros, se retira.
CANTO DE SALIDA
SANTA MARÍA, DE LA ESPERANZA
// MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA //
NOS DISTE AL ESPERADO DE LOS TIEMPOS,
MIL VECES PROMETIDO EN LOS PROFETAS.
Y NOSOTROS DE NUEVO DESEAMOS
QUE VUELVA A REPETIRNOS SUS PROMESAS. ℟.
BRILLASTE COMO AURORA DEL GRAN DÍA,
PLANTABA DIOS SU TIENDA EN NUESTRO SUELO.
Y NOSOTROS SOÑAMOS CON SU VUELTA,
QUEREMOS LA LLEGADA DE SU REINO. ℟.
ESPERASTE CUANDO TODOS VACILABAN
EL TRIUNFO DE JESÚS SOBRE LA MUERTE,
Y NOSOTROS ESPERAMOS QUE SU VIDA,
ANIME NUESTRO MUNDO PARA SIEMPRE. ℟.
VIVISTE CON LA CRUZ DE LA ESPERANZA
TENSANDO EN EL AMOR DE LARGA ESPERA.
Y NOSOTROS BUSCAMOS CON LOS HOMBRES
EL NUEVO AMANECER DE NUESTRA TIERRA. ℟.
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