SANTA MISA
APERTURA DEL CONGRESO DE PAZ Y UNIDAD ECLESIAL
PRESIDIDA POR S.E.R
PABLO RUDELLI
ARZOBISPO DE MEDELLÍN
09.08.2024
RITOS INICIALES
CANTO DE ENTRADA
REUNIDOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,
QUE NOS HA CONGREGADO ANTE SU ALTAR,
//CELEBREMOS EL MISTERIO DE LA FE
BAJO EL SIGNO DEL AMOR Y LA UNIDAD//
TÚ, SEÑOR, DAS SENTIDO A NUESTRA VIDA,
TU PRESENCIA NOS AYUDA A CAMINAR,
TU PALABRA ES FUENTE DE AGUA VIVA
QUE NOSOTROS, SEDIENTOS, A TU MESA VENIMOS A BUSCAR. ℟.
PURIFICA CON TU GRACIA NUESTRAS MANOS,
ILUMINA NUESTRA MENTE CON TU LUZ,
QUE LA FE SE FORTALEZCA EN TU PALABRA,
Y TU CUERPO, TOMADO EN ALIMENTO, NOS TRAIGA LA SALUD. ℟.
Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
℟. Amén.
La paz esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
A continuación se hace el acto penitencial, al que el sacerdote invita a los fieles, diciendo:
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
Pausa de silencio.
todos dicen en común la fórmula de la confesión general:
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Y, golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mí gran culpa.
Luego, prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
℟. Amén.
SEÑOR, TEN PIEDAD
SEÑOR, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
CRISTO, TEN PIEDAD.
CRISTO, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
ORACIÓN COLECTA
Terminado el himno, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración colecta:
Οh Dios, que hiciste a San Pedro Claver esclavo de los esclavos, y lo fortaleciste para que los sirviera con amor y paciencia admirables, concédenos, por su intercesión, que busquemos lo que corresponde a Jesucristo y que amemos al prójimo con obras y de verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espiritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
(1Co 5,1-8)
Barran la levadura vieja; porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.
Hermanos:
Se oye decir en todas partes que hay entre ustedes un caso de inmoralidad; y una inmoralidad tal que no se da ni entre los gentiles: uno convive con la mujer de su padre.
¿Y ustedes siguen tan ufanos?
Estaría mejor ponerse de luto y expulsar de entre ustedes al que ha hecho eso.
Pues lo que es yo, ausente en el cuerpo, pero presente en espíritu, ya he tomado una desición como si estuviera presente: reunidos ustedes en el nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús entregar al que ha hecho eso en manos de Satanás; para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el día del Señor.
Ese orgullo de ustedes no tiene razón de ser.
¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la masa?
Barran la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que ustedes son panes ácimos.
Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo.
Así, pues, celebremos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ácimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 5)
℟. Señor guíame con tu justicia.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. ℟.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. ℟.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. ℟.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
(Jn 10, 27)
℟. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
℣. MIS OVEJAS ESCUCHAN MI VOZ -DICE EL SEÑOR-,
Y YO LAS CONOZCO, Y ELLAS ME SIGUEN.
℟. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
EVANGELIO
(Lc 6,6-11)
Estaban al acecho para ver si curaba en sábado
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
✠ Lectura del Santo Evangelio según san Lucas.
℟. Gloria a ti, Señor.
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar.
Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada:
«Levántate y ponte en medio».
Y, levantándose, se quedó en pie.
Jesús les dijo:
«Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?».
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo:
«Extiende tu mano».
Él lo hizo y su mano quedó restablecida.
Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.
℣. Palabra del Señor.
℟. Gloria a ti, Señor Jesús.
Luego se hace la homilía.
ORACIÓN DE LOS FIELES
El sacerdote invita a los fieles a orar:
Unidos como Iglesia, elevemos confiadamente nuestras súplicas a Dios Padre que nos purifica de nuestros pecados y nos llama a seguirle, diciendo:
℟. Escúchanos, Dios de bondad.
1. Por el Papa, por todos los obispos, sacerdotes y diáconos, para que sepan conducir el rebaño a ellos encomendado a las fuentes tranquilas y que la Grey junto con sus pastores, hallen sosiego en el Señor. Oremos ℟.
2. Por los gobernantes, para que busquen el bienestar de sus pueblos y la paz entre todas las naciones. Oremos. ℟.
3. Por los adultos mayores que sufren escasez, enfermedad y abandono, para que encuentren en los hermanos alivio en sus dolores y tribulaciones. Oremos. ℟.
4. Por los jóvenes, para que sintiéndose llamados y enviados por Dios, lleven la luz de Cristo en sus vidas, en medio de la oscuridad del mundo. Oremos. ℟.
5. Por todos nosotros, para que fortalecidos por la Eucaristía, seamos en el mundo signo de amor, unidad, esperanza y paz. Oremos. ℟.
En silencio presentamos nuestras intenciones.
El sacerdote termina la plegaria universal:
Padre santo, escucha las súplicas que con fe y confianza te dirigimos, y concédenos aún aquello que no nos atrevemos a pedir. Por Jesucristo Nuestro Señor.
℟. Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
CANTO DE OFERTORIO
MIRA NUESTRA OFRENDA,
¡MÍRALA, SEÑOR!
TODO TE OFRECEMOS,
PARA UNIRNOS MÁS.
//PORQUE TU MISA
ES NUESTRA MISA,
PORQUE TU VIDA
ES NUESTRA VIDA.//
¿QUÉ PODEMOS DARTE,
NUESTRO CREADOR?
SÓLO NUESTRA NADA,
¡TÓMALA, SEÑOR! ℟.
PAN DE LOS TRIGALES,
VINO DE LAS VIÑAS,
HOY LOS PRESENTAMOS
ANTE TU ALTAR. ℟.
ESTE PAN Y VINO
SE TRANSFORMARÁN,
EN EL CUERPO Y SANGRE
DE NUESTRO SEÑOR. ℟.
Inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. Después el diácono, u otro ministro, inciensa al sacerdote y al pueblo.
Después, de pie en el centro del aftar, de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice:
Oren, hermanos, para que, trayendo al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.
℟. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Luego el Sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas:
Que esta víctima de amor que te ofrecemos, Señor, nos sirva, por tu misericordia, de sacrificio propiciatorio; y que, por la valiosa intercesión de San Pedro Claver, crezcamos en el amor a los hermanos y alcancemos la eterna salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
PREFACIO
La presencia de los santos pastores en la Iglesia
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque nos concedes la alegría de celebrar hoy la fiesta de san Pedro Claver, fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
SANTO
SANTO, SANTO, SANTO, SANTO ES EL SEÑOR, DIOS DEL UNIVERSO.
LLENOS ESTÁN EL CIELO Y LA TIERRA DE TU GLORIA.
HOSANNA EN EL CIELO.
BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR.
HOSANNA EN EL CIELO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP:
SANTO eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus crea turas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC:
Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan en el Cuerpo ✠ la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, Junta las manos. que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice:
CP:
Éste es el Misterio de la fe. Cristo nos redimió.
℟. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CC:
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
C1:
Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y los mártires, [san N.: santo del día o patrono] y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
C2:
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa Juan Pablo VI, a nuestro Obispo Pablo, al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.
† A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice:
CP o CC:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
RITO DE COMUNIÓN
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
℟. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La paz os dejo, mi paz os doy», no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo y juntando las manos, alidde:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Como hijos de Dios, intercambien ahora un signo de comunión fraterna.
CORDERO DE DIOS
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
DANOS, DANOS LA PAZ.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
℟. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
CANTO DE COMUNIÓN
(Symbolum)
TÚ ERES MI VIDA, YO NO TENGO MÁS:
TÚ ERES MI ESPERANZA, ERES MI VERDAD;
SIEMPRE EN TU PALABRA YO CAMINARÉ
HASTA QUE TENGA RESPIRO,
HASTA QUE TÚ LO DIGAS.
NO TENDRÉ YA MIEDO
SI A MI LADO ESTÁS;
POR FAVOR TE PIDO: QUÉDATE.
TÚ ERES MI FUERZA, YO NO TENGO MÁS:
TÚ ERES MI PAZ Y MI LIBERTAD,
POR NADA EN LA VIDA ME SEPARARÉ,
CON TU MANO FUERTE
NUNCA TÚ ME DEJARÁS.
DE TODO PELIGRO
ME LIBERARÁS
Y EN TU PENSAMIENTO VIVIRÉ. ℟.
CREO EN TI, SEÑOR, HIJO DE MARÍA,
HIJO ETERNO Y SANTO, DIOS HECHO HUMANO,
MUERTO POR AMOR, SIEMPRE TE AMARÉ,
CON EL PADRE Y CON LOS TUYOS
HAZ HECHO UNIDAD.
¿HASTA CUÁNDO TÚ
VAS A RETORNAR?
VUELVE, OH SEÑOR, OTRA VEZ. ℟.
PADRE DE LA VIDA, YO CONFÍO EN TI;
HIJO SALVADOR, ME ABANDONO EN TI;
ESPÍRITU DE AMOR NOSOTROS TE QUEREMOS,
DESDE MIL CAMINOS NOS LLEVAS A LA UNIDAD;
Y POR MIL CAMINOS,
DONDE TÚ LO QUIERAS,
SEREMOS SEMILLAS DE TU AMOR. ℟.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Luego, de pie en el altar o en la sede, el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se hdya hecho antes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la Comunión:
Oh Señor, que nos has alimentado con el Pan de vida en la fiesta de San Pedro Claver, aumenta en nosotros el don de tu gracia para que, por el amor a los hermanos, alcancemos la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
ORACIÓN DEL AÑO SANTO JUBILAR
Todos:
Señor, a ti elevamos nuestros corazones llenos de gratitud/ por la bendición de los últimos 10 años de nuestra comunidad./ Ante ti, reconocemos la importancia de este espacio virtual/ que une corazones, promueve amistades y fortalece lazos fraternos/ entre los que buscan la fe./ Tú que eres amigo de los jóvenes, guíanos en este jubileo/ para que podamos ser verdaderos testigos de tu amor y de tu verdad,/ inspirando a otros jóvenes a seguir tus pasos./ Por Cristo nuestro Señor.
℟. Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
BENDICIÓN
Después tiene lugar la despedida, el celebrante recibe la mitra y, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
El celebrante dice:
Bendito sea el nombre del Señor.
℟. Ahora y por siempre.
℣. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
℟. Que hizo el cielo y la tierra.
Entonces el celebrante, habiendo recibido el báculo, si lo usa, dice:
℣. La bendición de Dios todopoderoso, Padre ✠, Hijo ✠, y Espíritu ✠ Santo.
℟. Amén.
Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo, dice:
Pueden ir en paz.
℟. Demos gracias a Dios.
Después el sacerdote venera el altar con un beso, como al comienzo. Seguidamente, hecha una inclinación profunda con los ministros, se retira.
CANTO DE SALIDA
MIENTRAS RECORRES LA VIDA,
TÚ NUNCA SOLO ESTÁS,
CONTIGO POR EL CAMINO
SANTA MARÍA VA.
//VEN CON NOSOTROS AL CAMINAR,
SANTA MARÍA, VEN.//
AUNQUE TE DIGAN ALGUNOS
QUE NADA PUEDE CAMBIAR,
LUCHA POR UN MUNDO NUEVO,
LUCHA POR LA VERDAD. ℟.
SI POR EL MUNDO LOS HOMBRES
SIN CONOCERSE VAN,
NO NIEGUES NUNCA TU MANO
AL QUE CONTIGO VA. ℟.
AUNQUE PAREZCAN TUS PASOS
INÚTIL CAMINAR,
TÚ VAS HACIENDO CAMINOS:
OTROS LOS SEGUIRÁN. ℟.
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