Libreto Litúrgico I Clausura De La Puerta Santa del Jubileo De La Esperanza 2025


SANTA
 MISA SOLEMNE
CLAUSURA DE LA PUERTA SANTA DEL JUBILEO DE LA ESPERANZA 2025

MISA POR LA IGLESIA PARTICULAR DE MEDELLIN
26.12.2025
               ✠               
Cuando todos están reunidos, a la hora señalada, el obispo se dirige a la Puerta Santa mientras se canta un himno.
CANTO DE ENTRADA
(Reunidos En El Nombre del Serño)
REUNIDOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,
QUE NOS HA CONGREGADO ANTE SU ALTAR,
//CELEBREMOS EL MISTERIO DE LA FE,
BAJO EL SIGNO DEL AMOR Y LA UNIDAD//

TÚ, SEÑOR, DA SENTIDO A NUESTRA VIDA,
TU PRESENCIA NOS AYUDA A CAMINAR,
TU PALABRA ES FUENTE DE AGUA VIVA,
QUE NOSOTROS, SEDIENTOS,
A TU MESA VENIMOS A BUSCAR. 

PURIFICA CON TU GRACIA NUESTRAS MANOS,
ILUMINA NUESTRA MENTE CON TU LUZ,
Y LA FE SE FORTALEZCA EN TU PALABRA,
Y TU CUERPO, TOMADO EN ALIMENTO,
NOS TRAIGA LA SALUD. 

Terminado el canto, el obispo y los fieles, todos de pie, hacen la señal de la cruz, mientras el obispo, de cara al pueblo, dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
℟. Amén.

A continuación, el obispo, abriendo los brazos, saluda al pueblo:
La paz sea con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.

Después de esto, el obispo invita al pueblo a bendecir a Dios, utilizando textos de la Sagrada Escritura.
Bendito seas, Padre, porque sólo tú has hecho grandes cosas.
℟. Su misericordia perdura para siempre.

El obispo continúa:
Bendito seas, Hijo Unigénito, que con tu sangre nos has librado de los peca
℟. Su misericordia perdura para siempre.

El obispo concluye:
Bendito seas, Espíritu Santo, consolador de las almas, dulcísimo consuelo.
℟. Su misericordia perdura para siempre.

Luego exhorta a los fieles con las siguientes palabras:
Carísimos fieles, hermanos y hermanas, elevemos nuestras oraciones a Dios Padre todopoderoso, que nos ha concedido la gracia de celebrar este Año Jubilar por los 10 años de nuestra Comunidad. Supliquemos que Él continúe derramando sus bendiciones sobre nosotros, fortaleciéndonos en nuestra misión y sosteniéndonos en nuestro camino de fe.

Luego se guardan unos momentos de silencio. Después, el obispo, con las manos juntas, dice:
Oremos

El obispo, con los brazos abiertos, recita la oración:

Dios eterno y todopoderoso, alabamos tu nombre porque nos has guiado a lo largo de estos diez años de existencia de nuestra Comunidad Católica en Minecraft. Con gran alegría y agradecimiento celebramos este jubileo, recordando las maravillas que has obrado entre nosotros. A través de este mundo virtual nos has llamado a ser tus instrumentos, construyendo no solo edificios digitales, sino también una verdadera Iglesia viva, compuesta de corazones ardientes de amor por ti y por el prójimo.

Nos has abierto los caminos de la evangelización y la comunión, recordándonos que Cristo es la puerta de las ovejas y el fundamento de nuestra fe. Nos has hecho un pueblo sacerdotal, llamado a proclamar las maravillas de tu redención y a dar testimonio de tu amor, incluso en el entorno digital.

Por eso, al concluir este Año Jubilar, te pedimos que nunca cierres la puerta de la gracia que tu Hijo nos ha abierto. Líbranos de la disensión, la indiferencia y toda iniquidad. Haznos cada vez más signos vivos de hospitalidad, constructores de puentes, preocupados por el prójimo, fieles a nuestra misión y constructores de tu Reino, que no tiene fin.

Danos perseverancia en este camino, para que caminando juntos alcancemos la plenitud de vida en tu presencia, donde viviremos eternamente con Cristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

℟. Amén.

Luego el obispo  recibe la mitra y, arrodillado ante la Puerta Santa, ora en silencio durante unos instantes.

Luego se levanta y dice:

Por tu gran misericordia, entraré en tu casa, oh Señor. Ábreme las puertas de la justicia.
℟. Me inclinaré hacia tu santo templo.

Luego el obispo cierra silenciosamente la Puerta Santa.

Luego, el Obispo, precedido por los ministros del incienso y de la cruz, procede en procesión a la Misa.  Mientras tanto, se canta el himno jubilar. 

HIMNO JUBILAR
(Jubileo de la Esperanza 2025)
LLAMA VIVA PARA MI ESPERANZA,
QUE ESTE CANTO LLEGUE HASTA TI,
SENO ETERNO DE INFINITA VIDA,
ME ENCAMINO, YO CONFÍO EN TI.

TODA LENGUA, PUEBLOS Y NACIONES
HALLAN LUCES SIEMPRE EN TU PALABRA.
HIJOS, HIJAS, FRÁGILES, DISPERSOS,
ACOGIDOS EN TU HIJO AMADO.

DIOS NOS CUIDA, TIERNO Y PACIENTE
NACE EL DÍA, UN FUTURO NUEVO.
CIELOS NUEVOS Y UNA TIERRA NUEVA.
CAEN MUROS GRACIAS AL ESPÍRITU.

UNA SENDA TIENES POR DELANTE,
PASO FIRME, DIOS SALE A TU ENCUENTRO.
MIRA AL HIJO QUE SE HA HECHO HOMBRE
PARA TODOS, ÉL ES EL CAMINO.

Al llegar al altar, todos lo besan en señal de veneración. El obispo se quita la capa pluvial, se pone la casulla e inciensa la cruz y el altar.  Después, se dirige a la cátedra o sede presidencial y se entona el Gloria.
 
ORACION COLECTA
 
Acabado el himno, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Pres.: Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración colecta:
Dios nuestro,
que en cada una de las Iglesias diseminadas por el mundo
manifiestas a la Iglesia una, santa, católica y apostólica;
haz que esta tu familia de Medellín permanezca unida a su pastor
y, por el Evangelio y la Eucaristía,
se congregue en el Espíritu Santo,
para que manifieste dignamente la universalidad de tu pueblo
y sea signo e instrumento de la presencia de Cristo en el mundo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
℟.: Amén.
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
(Hch 6, 8-10; 7, 54-60)
 
Lector: De los Hechos de los Apóstoles:
En aquellos días Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales entre la gente. Algunos judíos de la sinagoga llamada “de los Libertos”, procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría con que hablaba. Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él.

Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”.

Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.

Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. Diciendo esto, se durmió en el Señor.
Lector: Palabra de Dios.
℟.: Te alabamos, Señor.
 
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 30)
 
℟. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme y guíame. 

En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. Tu misericordia me llenará de alegría, porque has visto las angustias de mi alma. 

Líbrame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

ALELUIA, ALELUIA, ALELUIA!
ALELUIA, ALELUIA, ALELUIA!
 
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! 
Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine.
 
ALELUIA, ALELUIA, ALELUIA!
ALELUIA, ALELUIA, ALELUIA!
 
Mientras tanto, el sacerdote, cuando se utiliza incienso, lo coloca en el incensario. El diácono, que proclamará el Evangelio, inclinándose profundamente ante el sacerdote, pide en voz baja la bendición:
℣.: Padre, dame tu bendición.

El sacerdote dice en voz baja:
Pres.:
 El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo  y del Espíritu Santo.

El diácono hace la señal de la cruz y responde:
℣.:
 Amén.

Pero si no está presente el diácono, el sacerdote, inclinado ante el altar, dice en secreto:
Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para que pueda anunciar dignamente tu santo Evangelio.
 
EVANGELIO
(Mt 10, 17-22)
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, y dice:
℣.:
 El Señor esté con ustedes.
℟.: Y con tu espíritu.

El diácono (o el sacerdote), dice:
 Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
y, mientras tanto, hace la señal de la cruz sobre el libro y luego sobre sí mismo, en la frente, la boca y el pecho.
℟.:
 Gloria a ti, Señor.
Luego el diácono o el sacerdote, si procede, inciensa el libro y proclama el Evangelio
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.

El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se salvará”.
℣.:  Palabra del Señor.
℟.:  Gloria a ti, Señor Jesús.
 
Luego besa el libro, diciendo la oración en silencio.
 
HOMILÍA
 
Luego se pronuncia la homilía, que es responsabilidad del sacerdote o diácono; Es obligatorio todos los domingos y días festivos y también recomendado el resto de días.

PLEGARIA UNIVERSAL
 
Pres.: Hermanos y hermanas, oremos para que la Iglesia presente en Minecraft continúe su misión apostólica  con la misma intensidad y fidelidad con que vivieron los primeros testigos de Cristo,  diciendo con confianza: 
℟.: Dios de amor, escúchanos.

1. Por la Iglesia edificada sobre los Apóstoles del Cordero, para que ofrezca a los hombres no oro y plata, sino fe y esperanza en Jesucristo, oremos.

2. Oremos por el Papa León XIV y por los obispos y fieles unidos a él, para que, llenos del Espíritu Santo, transmitan la palabra de Jesús al mundo.

3. Oremos por los sacerdotes, los misioneros y los catequistas, para que lleven el mensaje gozoso del Evangelio a los fieles y a todos los paganos

4. Por los fieles y los catecúmenos perseguidos hasta la muerte, para que el testimonio de los Apóstoles los anime y su sangre sea semilla de cristianos, roguemos.

5. Oremos por quienes ocupan puestos de liderazgo entre las naciones, para que trabajen incansablemente por la justicia y la paz en todo el mundo.

6. Por los miembros de nuestra Comunidad, para que, celebrando la clausura de su Jubileo de 10 años de misión y evangelización, renueven su compromiso, alaben a Dios y le sirvan en los más necesitados, oremos

Pres.: Señor, Dios todopoderoso,  que confirmaste con el poder de tu brazo  el humilde testimonio de los Apóstoles,  concédenos la gracia de ser transmicion del Evangelio,  por la fuerza y ​​la sabiduría del Espíritu.  Por Cristo nuestro Señor.
℟.: Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA
 
PRESENTACIÓN DE LOS DONES
(Acceta Questo Pane)
 
Terminado lo anterior, comienza el canto para el ofertorio. Mientras tanto, los ministros colocan sobre el altar el corporal, el purificador, el cáliz, la palia y el misal.

BENDITO SEAS PADRE, QUE TODO BIEN NOS DAS; DE TÍ, HEMOS RECIBIDO EL TRIGO DE ESTE PAN.  

POR TU ESPÍRITU SANTO, TRANSFÓRMALO EN TU ALTAR, QUE SEA JESUCRISTO, OH SANTA TRINIDAD.  

BENDITO SEAS, PADRE, DE TÍ NOS VIENE TODO BIEN; EL VINO DE ESTE CÁLIZ Y EL GOZO DE PODERLO OFRECER.

Conviene que los fieles expresen su participación en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el vino para la celebración de la Eucaristía, bien presentando otros dones para las necesidades de la Iglesia o de los pobres. 
 
El sacerdote, de pie ante el altar, recibe la patena con el pan en las manos y, levantándola un poco por encima del altar, dice la oración en silencio. Luego coloca la patena con el pan sobre el corporal.
 
El diácono o sacerdote vierte vino y un poco de agua en el cáliz, orando en silencio.
 
Luego, el sacerdote recibe el cáliz en sus manos y, levantándolo un poco por encima del altar, dice la oración en silencio: luego, coloca el cáliz sobre el corporal.
 
Luego el sacerdote, profundamente inclinado, reza en silencio.
 
Y, si procede, inciensar las ofrendas, la cruz y el altar. Después, el diácono u otro ministro inciensa al sacerdote y al pueblo.
 
Luego, el sacerdote, de pie junto al altar, se lava las manos y dice la oración en silencio
El sacerdote, de pie en el centro del altar, dice:
Pres.: Oren, hermanos, para que, trayendo al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.
℟.: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Luego el sacerdote dice la oración sobre las ofrendas:
Pres.: Señor Dios, al celebrar el memorial del inmenso amor de tu Hijo te suplicamos que el fruto de su acción salvadora sirva, por el ministerio de tu Iglesia, para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟.: Amén.
 
PREFACIO
(LA IGLESIA CONGREGADA A IMAGEN DE LA TRINIDAD)
 
El sacerdote comienza la plegaria eucarística con el prefacio. Dice:
Pres.: 
El Señor esté con ustedes.
℟.: Y con tu espíritu.

El sacerdote prosigue:
Pres.: Levantemos el corazón.
℟.: Lo tenemos levantado hacia el Señor.

El sacerdote añade:
Pres.: Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟.: Es justo y necesario.

El sacerdote prosigue el prefacio.
Pres.: En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. 

Tú has querido reunir de nuevo, por la Sangre de tu Hijo y la fuerza del Espíritu, a los hijos dispersos por el pecado; de este modo tu Iglesia, congregada por virtud y a imagen de la Trinidad se muestra ante el mundo como Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu, para alabanza de tu infinita sabiduría.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
 
En unión con el pueblo, concluye el prefacio, cantando o diciendo en voz alta:
℟.:
 
Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
 
El sacerdote dice:
Pres.:
 SANTO eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
 
Pres.: Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que sean Cuerpo  y Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.
 
El relato de la institución de la Eucaristía debe darse de forma clara y audible, como lo exige su naturaleza.
Pres.: Porque el mismo, la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, continúa:
tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos.

Muestra al pueblo la hostia consagrada, la coloca en la patena y hace una genuflexión en adoración.
 
El sacerdote prosigue:
Pres.:  Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz,
Toma el cáliz en sus manos y, manteniéndolo ligeramente elevado sobre el altar, continúa:
y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos.

Muestra el cáliz al pueblo, la coloca sobre su cuerpo y hace una genuflexión en adoración.
 
El sacerdote prosigue:
Pres.: Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.
℟.: Salvador del mundo, sálvanos, que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
 
Después, el sacerdote, con las manos extendidas dice:
Pres.: Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección, y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
 
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
 
1C: Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con Maria, la Virgen, Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
 
2C: Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa Benedicto, a nuestro Obispo Luis Román, al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.
 
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en la noche santa en que la Virgen María dio a luz al Salvador del mundo. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos, y a cuantos murieron en tu amistad, recíbelos en tu Reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
 
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Pres.:
 Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
℟.: Amén.

RITO DE COMUNIÓN
 
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Pres.: 
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:

Junto con el pueblo, continúa:
℟.:
 Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal

El sacerdote prosigue él solo:
Pres.: Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
El pueblo concluye la oración, aclamando:
℟.:
 Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Después el sacerdote dice en voz alta:
Pres.:
 Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
El sacerdote junta sus manos y concluye:
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
℟.: Amén.

El sacerdote añade:
Pres.: La paz del Señor esté siempre con ustedes
℟.: Y con tu espíritu.

Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade: 
℣.: Como hijos de Dios, intercambien ahora un signo de comunión fraterna.

Y cada uno, según la costumbre del lugar, se manifiesta entre sí paz, comunión y caridad; el sacerdote da la paz al diácono y a los demás ministros.
 
Luego, el sacerdote parte el pan consagrado sobre la patena y coloca un trozo en el cáliz, orando en silencio.
 
Se canta o se dice:
℟.:  Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
 
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Pres.: 
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
℟.: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

CANTO DE COMUNIÓN
(¿Quien Nos Separará?)
Después de comulgar, el sacerdote se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan consagrado, diciendo a cada uno de ellos:
℣.:
 El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde:
℟.: Amén.

¿QUIÉN NOS SEPARARÁ DE SU AMOR?  
LA TRIBULACIÓN, QUIZÁS LA ESPADA.  
NI MUERTE O VIDA NOS SEPARARÁ  
DEL AMOR DE CRISTO, SEÑOR.  

¿QUIÉN NOS SEPARARÁ DE SU BONDAD?  
LA PERSECUTIÓN, QUIZÁS EL DOLOR.  
NINGÚN PODER NOS SEPARARÁ  
DEL AMOR DE CRISTO, SEÑOR.  

¿QUIÉN NOS SEPARARÁ DE SU ALEGRÍA?  
¿QUIÉN PODRÁ APARTARNOS DE SU PERDÓN?  
NADIE EN EL MUNDO NOS SEPARARÁ  
DE LA VIDA EN CRISTO, SEÑOR.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión.
Pres.: 
Oremos.
El sacerdote, con los brazos abiertos, dice la oración:
Padre de misericordia, acrecienta y conserva en esta Iglesia tuya la integridad de la fe, la santidad de costumbres,
la caridad fraterna y la religión pura, y, ya que no dejas de alimentarla con la Palabra y el Cuerpo de tu Hijo,
guíala siempre bajo tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟.: Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN
 
BENDICIÓN FINAL
 
En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
 
Después tiene lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice
El Señor esté con ustedes.
℟.: Y con tu espíritu.
El celebrante dice:
Bendito sea el nombre del Señor.

Todos responde: 
℟. Ahora y por siempre.

El celebrante dice:
Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Todos responde: 
℟. Que hizo el cielo y la tierra.

Entonces el celebrante, habiendo recibido el báculo, si lo usa, dice: 
La bendición de Dios todopoderoso, 

Y, haciendo tres veces la señal de la cruz sobre el pueblo, añade: 
Padre  Hijo  y Espíritu  Santo, descienda sobre ustedes. 

Todos responden: 
℟. Amén.

Finalmente, en lugar de la despedida habitual, el diácono o el mismo obispo, con las manos juntas, dice al pueblo:

Vivan la vida misionera en acción y vocación. Ite Missa Est
℟. Demos gracias a Dio

HIMNO JUBILAR
(Jubileo de la Esperanza 2025)
GLORIA A TE, CRISTO GESÙ,
OGGI E SEMPRE TU REGNERAI!
GLORIA A TE! PRESTO VERRAI:
SEI SPERANZA SOLO TU!

SIA LODE A TE! CRISTO SIGNORE,
OFFRI PERDONO, CHIEDI GIUSTIZIA:
L'ANNO DI GRAZIA APRE LE PORTE.
SOLO IN TE PACE E UNITÀ.
AMEN! ALLELUIA!

SIA LODE A TE! CUORE DI DIO,
CON IL TUO SANGUE LAVI OGNI COLPA,
TORNA A SPERARE L'UOMO CHE MUORE.
SOLO IN TE PACE E UNITÀ.
AMEN! ALLELUIA!

SIA LODE A TE! PREGA CON NOI 
LA BENEDDETTA VERGINE MADRE:
TU L'ESAUDISCI, TU LA CORONI.
SOLO IN TE PACE E UNITÀ.
AMEN! ALLELUIA!

SIA LODE A TE! TUTTA LA CHIESA
CELEBRA IL PADRE CON LA TUA VOCE
E NELLO SPIRITO CANTA DI GIOIA.
SOLO IN TE PACE E UNITÀ.
AMEN! ALLELUIA!
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