ESQUEMA DE LA CELEBRACIÓN DE LA
ESTACIÓN CUARESMAL
Delegación Arzobispal para las Celebraciones Litúrgicas
A una hora oportuna, los fieles se reúnen en una iglesia menor u oro lugar apto, a donde llega el celebrante revestido con capa pluvial.
La procesión sale de la sacristía de la iglesia menor, rumbo al presbiterio, donde se entona un canto apropiado.
Terminado el canto de entrada, el celebrante y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
℟. Amén.
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, esté con todos ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
Luego, el celebrantes, introduce a los fieles a la celebración que se realizará.
ORACIÓN
A continuación, el celebrante invita a la oración, diciendo:
Oremos.
Ten misericordia de tu pueblo, Señor, perdona sus pecados y haz que tu indulgencia aleje de nosotros lo que merecen nuestras ofensas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
Tras eso, se ordena una procesión hacia la iglesia en donde se va a celebrar la Misa. Durante ésta se cantan la letanía de los santos o cantos penitenciales y de recogimiento.
Cuando la procesión llega a la iglesia en donde va a celebrarse la Misa, el celebrante besa el altar y, si se emplea incienso, inciensa el altar. Antes de venerar el altar, si el sacerdote revestía pluvial en la procesión, la deja y viste la casulla.
Luego, omitidos los ritos iniciales y, si se considera oportuno, el Kyrie, el celebrante reza la oración colecta del formulario de la Misa del día. Luego, la celebración continua como de costumbre.